FELIZ
Día de la madre
El mejor regalo para mi madre:
una palabra para agradecer, una foto para recordar y un te quiero que sea testigo del tiempo compartido
El mejor regalo para mi madre:
una palabra para agradecer, una foto para recordar y un te quiero que sea testigo del tiempo compartido
¡Gracias a todos los que habéis participado!
Mama, te quiero. Me has enseñado muchas cosas. Te agradezco todos tus esfuerzos en la vida por nosotras y tu generosidad para conmigo.
Aurora.
Mamá preciosa y virtuosa mujer, abnegada, generosa, sabia y temerosa de Dios.
Nos guiaste desde pequeñas por los caminos de Dios. Te preocupaste junto a nuestro padre que pudiéramos estar cada domingo en la escuela dominical, también disfrutar de cada campamento de la iglesia de los que yo y mis hermanas guardamos preciosos recuerdos.
Mujer trabajadora, bondadosa y entregada a tu familia.
Cuando papá se fue con el Señor hace 32 años tuviste que seguir adelante con 5 hijas y sabemos que para ti no fue fácil pero Dios te dio la fortaleza para seguir adelante.
Por tu fidelidad a Dios, amor a tu familia y al prójimo eres para tus hijas, yernos, nietos y bisnietos un ejemplo a seguir.
Verte sonreír es el mejor regalo, porque sabemos que tu vida no ha sido fácil. Nunca te quejabas ni reclamabas nada, por el contrario siempre dispuesta a responder a cada necesidad que cada una de nosotras tenía y que a día de hoy, que ya estamos todas casadas y con nuestras familias formadas, sigues ahí, para seguir apoyándonos y aconsejándonos.
Cuando nos reunimos todos a tu alrededor es una delicia y el tiempo se nos hace nada.
Son tantas más las cosas que pudiera decir de ti Mami, pero solo diré que doy gracias a Dios por tu vida y por tu amor incondicional y le pido te cuide y renueve tus fuerzas cada día.
Te Ama, tu hija.
Sandra
A mi madre mi mayor reconocimiento por cada desvelo, esfuerzo que se enfrentó para formarme y educarme, por cada demostración de amor por esos brazos tan regocijantes a lo largo de toda mi vida. A quien su única ilusión de su vida ha sido convertirme en persona de provecho, a quien nunca podré pagarle ni aún con las riquezas más grandes del mundo... Es una mujer luchadora, soñadora; maravillosa y valiente que a pesar de las circunstancias no tuvo miedo ni reparos cuando tuvo que convertirse también en mi padre todo lo que me has enseñado ha sido excelente. Te amo!
Natalia
En este día de la Madre, quiero homenajear a mi madre, Ada, como aquella que ama todo cuanto crece y todo lo que no es árido. Su recién descubierta pasión por cuidar de las flores demuestra que es una persona compasiva y que se preocupa por que aquellos a su alrededor crezcan y prosperen. Es un apoyo para cualquiera que lo necesite y es leal en todo tiempo.
Desde que soy pequeña, una de las flores que a mi madre siempre le ha gustado es la Poinsettia. Esta flor, además, está conectada con nuestra relación, ya que nací el día después de Navidad. La Poinsettia me hace pensar en mi madre porque el color rojo representa para mí su sacrificio. Ha dedicado toda su vida a cuidar de mis hermanos y de mí (y de muchos otros) y nunca se ha quejado de no tener tiempo para ella o de las muchas cosas que ha dejado marchitar en su propia vida para que otros florezcamos. También el verde me hace pensar que lo más importante que mi madre nos ha transmitido es que la única esperanza está en Jesús, aquel que dio su vida en una cruz para que nosotros disfrutemos de la vida eterna en su Jardín.
Ruth
Querida madre:
Esta es una felicitación llena de recuerdos: una foto del balcón de Olivillas, tú, y tus tres niños y tres pollitos; y la tarjeta que te escribimos, teniendo más o menos esa edad y que nos dictaba papá. Faltaba Rosana, que nacería más tarde, pero hoy queremos felicitarte todos: tus tres hijos y tu hija tus tres nietos y tus tres nietas, tus dos bisnietas y el bisnieto que está en camino. No podemos darte un beso en este día de la madre tan raro, pero si mandarte todo nuestro cariño por ser la raíz de un árbol ya muy frondoso.
Te quiero, Carlos.
Hace casi cinco años de esta foto, pero recuerdo ese beso como si fuera hoy. Me ha regalado muchos, pero ese era un poco especial. Tardó 75 años, pero ese día, Marisol, mi madre, amante de la Historia y del Arte, viajó conmigo a Roma y cumplió así uno de los sueños de su vida.
Resume bien una realidad incontestable. Un beso suyo no tiene correspondencia posible. Puedo darle cientos, miles de millones, y nunca alcanza... Celebrar el día de la madre supone, de algún modo, sublimar el sentimiento más inquebrantable, más incondicional y más fuerte posible. Nada puede superar -ahora lo sé- el amor de una madre por sus hijos.
Mamá: ojalá nos esperen muchos sueños, muchos viajes y muchos besos más por el camino.
Ramón
Recuerda, si te ha gustado COMPANION, ¡mantente informado en tu correo electrónico!
Puedes visitar también otras secciones de nuestra página web: